sábado, marzo 31, 2007

Me olvido de algo?


Guión: Denise Groesman


domingo, marzo 25, 2007

El post obligado

Tarde o temprano iba a tener que hablar de esto y hoy el día lo amerita. Soy un cuida-casas. Escribo esto desde la tercera casa que cuido en este verano. Son las siete de la mañana del domingo. Vengo de una fiesta muy lejos de la casa de mis padres pero cerca de la casa que cuido actualmente. Salí de la fiesta y fui a la parada de un colectivo que frecuento ultimamente como si lo tomara de toda la vida. Bajo y mientras hago las cuadras hasta la casa amanece, el cielo es de un rosa furioso. Es como mi barrio. No porque se parezca al de donde vengo, sino porque ya lo siento mío. Desarrollé en este último tiempo mi capacidad de adaptación a niveles insospechados. Entiendo en carne propia la teoría de la evolución. Es posible!
Fueron tres casas muy lindas por cierto. Pero hay un común denominador en lo que consierne a las fallas: las tres casas tienen cocinas muy débiles en las que se nota que nadie cocina. No es que me dedique demasiado a la cocina, pero cuando cuido casas me gusta experimentar el desafío culinario y me termino viendo decepcionado por las instalaciones.
La primera era en san telmo. Era hermosa. Dos pisos (altos) por escalera. Pero con tocadiscos y una gran colección de vinilos. Terraza y pelopincho.
La segunda: en palermo-almagro. Muy linda, muy preparada para reuniones. Grave, grave problema: Pérdida de gas. Sólo lo abría para bañarme y para cocinar. Un día lo abrí y tardé en prender el calefón. Cuando le acerqué la velita encendida una gran nube de fuego explotó en mi cara. Temblé un rato por el shock y apagué el gas. Después de esperar a que se ventile lo abrí de nuevo, acerqué la velita y otra segunda nube explotó en mi cara. No hubo segundo shock (Prueba de mi capacidad de adaptación). Este problema del que sufría la casa no es nada en realidad: un día tras ver una película con unas amigas, salí al patio interno que tenía la casa y una rata salió corriendo desde detrás de una planta y se metió en un cuarto-depósito. Pánico. Los fumigadores que me cobraron $150 me dijeron que encontraron caca de rata por doquier. Uy, que miedo. Se me hizo dificil pegar un ojo esa noche. La noche de los oscar, mientras lo mirábamos con un grupo de gente, saltaron los tapones y se cortó la luz. Esa casa quedó tercera en el ranking.
La última casa, en la que estoy ahora, es dentro de una manzana que es como un mini barrio cerrado en villa urquiza. Dos piletas, una al aire libre y otra subterránea y climatizada. Gran colección de dvd´s. Un departamento muy cómodo. La falla: no tienen ni siquiera UNA cacerola. No es tan terrible. Es como un centro de rehabilitación: ghetto y lejos.
Me queda una buena cantidad de películas para visualizar en mis últimos días de hermitaño.

jueves, marzo 22, 2007

Doctor, doctor

Cuando estoy en pareja no puedo parar de mirar chicas por la calle.
Cuando estoy soltero, tambien.

jueves, marzo 15, 2007

Violencia

El mosquito es el único animal al que no le perdono su comportamiento.

lunes, marzo 05, 2007

Perder la cabeza

En la primer sesión con mi nuevo psicólogo (la próxima es la cuarta y empiezo diván) la frase que más me quedo rebotando durante la semana siguiente fue "Tenés que controlar todo; no podés perder la cabeza". Y ese parece ser el leit motiv de los encuentros, siempre llegamos a lo mismo.
El sabado fue mi cumpleaños pero tuve un casamiento. El viernes por la noche lo festejé para los amigos y el domingo al mediodía para la familia.
Después de un almuerzo con la atención monopolizada por mi hermano mayor y mi papá, compitiendo por quién revelaba el dato mas curioso llego mi hermano del medio con su novia. Despues de las velitas y demas se retiró la mayoría dejándonos a mi mamá, mi hermano del medio con su novia y a mi, solos. La charla empezó a girar alrededor de una crítica hacia mi hermano, sobre una sordera que tiene a la hora de conversar. No es la primera vez que se lo mencionamos junto con mi cuñada. Entre los ejemplos que fueron saliendo sin querer llegué a un hecho importante que mientras lo citaba me daba cuenta lo negado que lo tenía. La situación fue la siguiente: me remonto al 2005, después de una pelea acalorada con mi papá decide echarme de mi casa. Lo primero que hago es llamar a mi hermano del medio y dirigirme a su casa. Llego y lo veo empilchadito. Su novia estaba en el baño terminándose de preparar para salir. Me sienta en una silla, cierra la puerta que comunica el living con el resto de la casa y me pregunta qué fue lo que pasó. Le cuento todo. Me ofrece quedarme en el sillón. Yo, mas necesitado de contención que nunca, le pregunto qué plan tiene. Me dice en un tono de "no te lo tomes a mal" que se va con su novia a comer afuera solos. OK, entiendo que no estoy invitado. Me angustio mas. Ella terminó de vestirse y aparece. Yo rápidamente pido el teléfono y llamo a una amiga que vivía cerca a ver si estaba disponible. Por suerte lo estaba. Mi hermano me dice que me acerca con el coche. En el auto la novia me ofrece acompañarlos a comer afuera, mi hermano hace un silencio que me da la pauta de que no tengo que aceptar tal propuesta. Me bajo con mi amiga y paso la noche con ella. Esta situación la hablé en su momento con mi mamá y con mi otro hermano, pero nunca con el que me la había hecho padecer. Ya pasaron dos años y aparece en mi cabeza. Después de contarla mi hermano no puede creer haber obrado tan mal y me pide disculpas aunque no recuerde para nada el hecho. Mi cuñada por el contrario salta para refutar mi anécdota y me recuerda su invitacion a acompañarlos al restorán. Yo afirmo su verdad y le explico lo que había sucedido antes de su propuesta. Ella niega que mi hermano pudiera haber reaccionado de manera tal. Vuelvo a explicar todo y a reafirmar mi punto en el sólo hecho de que no los acompañé en su momento y que eso es prueba suficiente de que no estuve invitado. Ella me refuta ya sin base alguna. Me estoy poniendo muy nervioso por esta persona que ya dejó de tener voz ni voto en este conflicto de hermanos. Pero sigue hablando, incluso más que mi hermano. Mi paciencia llega a tal limite que termino diciéndole que debe callarse porque no le incumbe. A esto me responde que si no puede hablar entonces se debe retirar y se levanta y toma su cartera. Yo, cuidando mi relacion con ella -solo ante y por mi hermano- le digo que puede quedarse pero en silencio como debe, manteniendo el respeto que no tiene. Ella salta con que el irrespetuoso soy yo y ahí mi furia llega a un límite que hasta yo me vi sorprendido. Empecé a gritarle como pocas veces lo hice en mi vida sin importarme lo disfónico que estaba. Era tal su modo y su falta de respeto, que mi reacción no pasó por ningún filtro y desembocó en un ataque de odio directo hacia ella que, como pocas personas, había logrado que perdiera la cabeza. Si, no fui dueño de mi. No me controlé y deje que todo saliera, como un adulto podría decir. Mi hermano me agarró y con su cara muy cerca me preguntó qué me pasaba. Se me nubló todo un poco y pedí un descanso. Pedí silencio y me lavé la cara. Volvi al campo de batalla para escuchar a mi hermano que iba a exponer su verdad. No bien dijo la primer palabra, las lágrimas comenzaron a brotarle. Y después de tres frases me tiró una que me hizo estallar a mi y lloré fuertemente con él. Él siguió hablando y yo podía escuchar los snif que provenían de mi mamá ubicada a mi lado. Una vez que terminó de hablar le respondí también lleno de llanto y mi cuñada dio su versión teñida de otros problemas personales de ella y se largo a llorar también haciendome llorar a mi por lástima. Nos "reconciliamos" y hubo abrazos.
Pasé la tarde como si hubiera vuelto a nacer. Sintiendo una suerte de placenta por la cara con todo el sistema respiratorio con resagos de agua de lágrima.
Y a pesar de todo, que lindo se siente perder la cabeza.