jueves, agosto 30, 2007

Estuve mal?

Me gustaría escuchar opiniones al respecto. Paso a narrar lo sucedido.
Yo tengo un amigo, L. Alguna vez me contó que en la infancia él y su familia iban a una quinta con una familia amiga constituida por una madre y su hija mayor y su hijo menor. La hija mayor actualmente es una actriz conocida. L solía jugar con su hermano menor.
Hace una semana ceno con unos amigos y entre ellos mi buena amiga F. F me presenta a su novio reciente. Él es el hermano menor de la actriz conocida que mencioné en el párrafo anterior. Pasadas varias horas hago el link mental y me doy cuenta. Le cuento que actualmente soy muy amigo de L. Él asiente muy secamente sin demostrar ni un poco de entusiasmo. A los pocos días la veo a F y me cuenta que su novio se puso contento al acordarse de L en la infancia. La verdad es que no lo había demostrado, pero evidentemente esta era la manera que tenía de expresarse.
El sábado a la noche vienen a mi casa a cenar los mismos amigos, F y su novio incluido. Hablo con L y me dice que probablemente pase mas tarde.
Llegan y al rato el chico en cuestión, novio de mi amiga F y amigo de la infancia de L, sufre una lipotimia y es acostado en mi cama. En chiste y para que se sintiera bien le digo que mas tarde vendrá L a cuidarlo. Finalmente se recuperó y se sumó al grupo. Timbre, es L. Cuando voy a abrirle me debato si contarle quién está o dejar que lo reconozca él mismo. Decido dejarlo para la sorpresa. Entra y saluda a todos con un beso y no lo reconoce. Todos nos miramos cómplices un poco tentados. En la charla sale como tema la personalidad de L. Yo le remarco lo colgado que es. Él lo acepta sin ningún problema. Le digo: En este cuarto podría haber un amigo tuyo de la infancia y vos no te darías cuenta. El asiente. Risas contenidas. De la nada, el novio de F cuenta una anécdota de la infancia en la que jugando en la casa de un amigo en donde había una silla de dentista, su amigo la bajó repentinamente aplastándole tres dedos de la mano. Mientras la cuenta asumo que ese amigo es L y lo observo observar al chico contar la anécdota. Pero L sigue sin reconocerlo. Los demás mas tentados aún. Unas horas después el hermano de la actriz cuenta que en la infancia iba con su familia y otra familia amiga a una quinta –llegó el momento del rencuentro, pienso- en donde le gustaba disparar balines con una pistola de aire comprimido. L ni se inmuta, yo no lo puedo creer. Decido indagar en el tema de las quintas hasta que se de cuenta. Me hago el ignorante para que me explique cómo es una quinta; me explica. Cansado le pregunto si él iba a alguna. Entonces L me dice que si y comienza: Íbamos con una familia amiga. Eran la madre y sus hijos. La hija es la actriz XXX y su hermano menor, con el que yo jugaba, me enteré que hace poco tuvo un brote psicótico. Silencio grupal. La atmósfera se dio vuelta. Todos muy tensos. Yo solo sentía culpa. Culpa. Lo pude haber detenido, aunque nunca hubiera creído que algo así podía suceder. Un juego naif que de un momento a otro se transformó en el infierno. Unas risas nerviosas de F. L la mira y mira a su novio. Pasa un rato lleno de charlas falsas, hasta que L lo reconoce. Le pide disculpas, el otro espera cuarenta segundos en donde no deja de mirar el suelo y le responde que todo bien. Todos espectadores. L agrega que su madre es muy exagerada y que lo del brote por ahí lo agrandó. Le dice que se lo contó como si fuera COPS de canal nueve. El otro hace una pausa y lo corrige: Fue mas bien como de canal trece. Todos reímos necesitando vaciar algo. El tema queda atrás. El chico no muestra nada de simpatía, no es que la haya mostrado antes. L se siente muy muy mal, y yo culpable. Todos se abrigan. A la salida L intenta una disculpa no tan pública. Supongo que el novio de F, con su manera tan apática, no lo terminó de dejar tranquilo. Quedo con L que me hace responsable del mal trago. No me lo esperaba, aunque si siento culpa es por algo. Consternado le pregunto cómo es que no se dio cuenta con todas las pistas que le dimos. L responde que lo de la silla de dentista en realidad no sucedió de esa manera ya que en su casa lo que había era una camilla. Y lo de los balines en la quinta no lo recuerda tan claro. Se acuerda de un rifle que a él no le divertía pero no como algo central de su amistad. Nunca creí que el juego iba a tener un tan feo e incómodo destino. Queda el debate abierto.