2 situaciones gemelas
Rodaje de pelicula en uruguay. Mucho mimo al actor. Hace dos dias que estoy conociendo el lugar y me tengo que volver a buenos aires para terminar de grabar un programa de tele y hacer funciones de mi obra. Me pasa a buscar la parte uruguaya de la producción y me despido del equipo técnico. Me llevan al centro a almorzar para despues llevarme a la terminal de omnibus. Azarosamente quedo a cargo de una joven oriunda de piriapolis que le está haciendo el favor a su amiga montevideana que pertenece al proyecto. Me lleva a comer un chivito. Tiene veinticuatro años y estudia turismo. El vínculo es tan alejado que casi no llega a ser incómodo. Comemos y hablamos banalidades mientras miro en una tele a lo lejos, que sin los anteojos no llego a divisar correctamente, videos de shakira uno tras otro. Grandes pozos de silencio. Tranquilamente empiezo a reflexionar de qué podria llegar a hablar con esta chica; no se me ocurre nada. Tampoco me preocupo demasiado, por eso la cosa fluye. Salto al final de la anécdota. Sentados en la terminal, esperando que se haga la hora para que salga el micro. Ella dice: Y... acá 25 gramos de porro te salen 450 uruguayos (64 pesos argentinos aproximadamente). La ultima vez que viaje en buquebus lo pude pasar y no se dieron cuenta. Pienso: Mira de lo que terminaste hablando mientras hacia un rato no se te ocurria remotamente de qué hablar.
Situacion 2: El viaje a Montevideo quedó atras y estoy en el buquebus esperando para salir. Al lado, una pareja de viejos. Ella intenta dormir antes de que el barco arranque, él, inquieto, le comenta lo primero que se le pasa por la cabeza y ella solo puede gruñir sin abrir los ojos. Me deprimo. Solo veo gente que supera los cincuenta años o extranjeros que sonríen ya por inercia. La vejez me angustia, miro alrededor y solo puedo sentir que no hay esperanzas. Salto al final de la anécdota. Ya llevo mucho tiempo conversando con los viejos. Él dice: ...por ahí tuvo una hernia en el ano... - En fin, el viejo resultó ser ginecologo retirado con 82 años, ella ex rectora y buena madre de dos grandulones empresarios de multinacionales. Llego al mismo pensamiento: Mira de lo que terminaste hablando.
Matar el prejuicio es uno de mis deportes favoritos, asi como confirmar lo que pensé desde un principio. En general sucede lo primero.
Rodaje de pelicula en uruguay. Mucho mimo al actor. Hace dos dias que estoy conociendo el lugar y me tengo que volver a buenos aires para terminar de grabar un programa de tele y hacer funciones de mi obra. Me pasa a buscar la parte uruguaya de la producción y me despido del equipo técnico. Me llevan al centro a almorzar para despues llevarme a la terminal de omnibus. Azarosamente quedo a cargo de una joven oriunda de piriapolis que le está haciendo el favor a su amiga montevideana que pertenece al proyecto. Me lleva a comer un chivito. Tiene veinticuatro años y estudia turismo. El vínculo es tan alejado que casi no llega a ser incómodo. Comemos y hablamos banalidades mientras miro en una tele a lo lejos, que sin los anteojos no llego a divisar correctamente, videos de shakira uno tras otro. Grandes pozos de silencio. Tranquilamente empiezo a reflexionar de qué podria llegar a hablar con esta chica; no se me ocurre nada. Tampoco me preocupo demasiado, por eso la cosa fluye. Salto al final de la anécdota. Sentados en la terminal, esperando que se haga la hora para que salga el micro. Ella dice: Y... acá 25 gramos de porro te salen 450 uruguayos (64 pesos argentinos aproximadamente). La ultima vez que viaje en buquebus lo pude pasar y no se dieron cuenta. Pienso: Mira de lo que terminaste hablando mientras hacia un rato no se te ocurria remotamente de qué hablar.
Situacion 2: El viaje a Montevideo quedó atras y estoy en el buquebus esperando para salir. Al lado, una pareja de viejos. Ella intenta dormir antes de que el barco arranque, él, inquieto, le comenta lo primero que se le pasa por la cabeza y ella solo puede gruñir sin abrir los ojos. Me deprimo. Solo veo gente que supera los cincuenta años o extranjeros que sonríen ya por inercia. La vejez me angustia, miro alrededor y solo puedo sentir que no hay esperanzas. Salto al final de la anécdota. Ya llevo mucho tiempo conversando con los viejos. Él dice: ...por ahí tuvo una hernia en el ano... - En fin, el viejo resultó ser ginecologo retirado con 82 años, ella ex rectora y buena madre de dos grandulones empresarios de multinacionales. Llego al mismo pensamiento: Mira de lo que terminaste hablando.
Matar el prejuicio es uno de mis deportes favoritos, asi como confirmar lo que pensé desde un principio. En general sucede lo primero.
2 Comments:
rescato de tu anecdota que ahi 25 gramos te salen 64 pesos y sin embargo no te viniste con un paquetito entre las bolas... sos un mal amigo
soy un hueco
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